La energía es un recurso esencial en la vida cotidiana de las personas y para los diversos sectores de la economía a nivel mundial. Sin embargo, su consumo y sus principales formas de generación son responsables de alrededor de un 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de un 90% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
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